jueves, 18 de marzo de 2010

Como seguir las indicaciones de Pascual Montañés

Pues a eso me he dedicado esta tarde, porque además estaba bastante cansado, teniendo en cuenta que ayer, o mejor dicho, anoche apenas dormí, para conseguir tener listo un presupuesto coherente esta mañana para la obra de la reforma de infantojuvenil.
Y es que aunque los no iniciados no lo crean necesario, se ha demostrado suficientemente que a la hora de acometer cualquier tarea, las probabilidades de éxito son mucho mayores si previamente se han realizado simulaciones sobre la misma. Y qué es sino lo que hacemos los ingenieros cuando preparamos un proyecto? pues de eso se trata, de simular y tratar de plasmar sobre papel las repercusiones técnicas y económicas y prever los resultados que obtendremos según nuestras definiciones, antes de que éstos sucedan de forma que podamos ver si nos gusta lo que obtenemos sin tener la necesidad de invertir los recursos que supone la ejecución de la obra, de forma que es mucho más sencillo y menos oneroso echar marcha atrás y rectificar cuando el resultado no es el esperado.
La tarea del proyectista comienza pues por imaginar, por dejarse llevar por su creatividad... y utilizar los elementos presentes en el mercado para plasmar sus ideas en un proyecto económicamente viable y técnicamente efectivo.
En esto ha consistido la primera parte de mi tarde hoy, y en cultivar las relaciones, las buenas, se entiende, con mis stakeholders. Esto último es algo que fuera de este país quizá no sea necesario cultivar de manera tan evidente, pero que aquí se valora casi tanto como el trabajo bien hecho, así que ya sabéis, nunca menosprecieis el tiempo pasado tomando café con alguien que acabais de conocer...

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