domingo, 13 de diciembre de 2009

Movilidad social, parte 3 de 3.

En esta tercera entrada he de rebelarme en contra del espíritu de la mayor parte de lo que proclama el artículo comentado.

Sí, parece cierto que nuestros padres tuvieran más oportunidades que nosotros, pero ¿es esto cierto o simplemente nos dedicamos a autocompadecernos y lloriquear como seres pusilánimes?. ¿Cómo se atreve alguien con sentido común a decir que hay pocas oportunidades? En un mundo actual en el que las comunicaciones se han desarrollado de manera brutal y maravillosa, en el que las ofertas de empleo se están publicando en una mesa de redacción y en el instante siguiente podemos presentar nuestras candidaturas, en el que la información que antes manejaban unos pocos ahora está al alcance de muchos más, vía radio, televisión, prensa escrita o internet, en el que cualquiera con un puñado de euros puede ser accionista de una gran multinacional como Telefónica, acceder a la comunicación a través de un teléfono prepago... esto es algo con lo que nuestros abuelos ni siquiera podían soñar. En verdad me pregunto... ¿tenemos menos oportunidades o nos hemos acomodado demasiado y sólo queremos buscarlas a la vuelta de la esquina? Quizá sea cierto que la generación inmediatamente anterior a la nuestra haya vivido una época con una evolución económica bastante favorable, con todo lo que ello conlleva, pero dudo mucho que se pueda decir lo mismo de nuestros abuelos, que atravesaron en numerosos casos una guerra, y que, todos habremos oído sus historias, no lo tuvieron nada fácil. En definitiva, no acabo de tener claro que la falta de oportunidades sea una excusa para no luchar con todas nuestras fuerzas.

También se habla en el artículo de inseguridad, sí, de acuerdo... en medio de plena crisis (aunque algunos todavía no tengan claro que hemos o estamos atravesando una) sería casi temerario no experimentar esta sensación pero... ¿inseguridad como desconocimiento del futuro? ... me parece que me va a dar el ataque de risa otra vez... ¿acaso nuestros padres tenían todos en el garaje un bonito Delorean con Doc como conductor y la correspondiente cajita de plutonio como combustible? ... me temo que el futuro no lo hemos conocido nadie de antemano; es muy fácil explicar los acontecimientos una vez han sucedido, de eso algunos economistas y expertos bursátiles, e incluso más de un político saben mucho. Tampoco lo admito como excusa.

Pérdida de valores, así que hemos perdido valores, y por eso nos casamos menos, y toda una sarta de estupideces al respecto. Valores... porque sólo son buenos los valores que los redactores del artículo conciben como tal... pero no será en cambio que lo que existe en la actualidad es una mezcla tremenda de culturas, de conocimientos y de criterios que antes no existía? quizá fuese mas sencillo mantener una unicidad de criterios y ética cuando el acceso al conocimiento era mucho más complicado ... ¿nadie ha pensado en enfocarlo desde este punto de vista?. En cuanto a lo de las bodas... bueno, si hemos llegado a la conclusión de que resulta más complicado hallar estabilidad ... no se, veo complicado disociar la institución del matrimonio de una situación de gran estabilidad.

En lo referente a la política... esto es lo mas cachondo de todo el artículo. ¿Qué debate político se puede mantener cuando el terreno de juego es muy diferente para unos bandos y para otros? y en lo que respecta a los que no ejercemos sino que tenemos el dudoso privilegio de escoger a nuestros representantes... porque esto es una democracia... ¿no?. Porque en mi opinión, lo más bonito de una democracia es que a los que no nos gusta ninguno de los "equipitos" que se presentan no tenemos modo de dejar constancia de ello. Porque nadie ha pensado en dejar a nuestra disposición una papeleta en la que figure "quiero votar pero de ningún modo a alguno de los que se presentan porque en ningún modo me siento representado" o simplemente porque me parece que su campaña electoral se parece en gran medida a una casa de gran hermano aunque con formas un poco más educadas.

Si juntamos todo lo anterior en una coctelera y lo agitamos bien nos daremos cuenta de que en lo referente al trabajo, estamos simplemente ante nuevos retos, que hay que afrontar con valentía, con mucho trabajo y tesón, vamos, nada nuevo bajo el sol. Y no hemos de perder la perspectiva, de que somos la generación mejor preparada que ha afrontado nunca estos retos... quizá lo necesario sea una gran revolución de las ideas, de grandes ideas, o de pequeñas y útiles ideas, y gente que esté dispuesta a escucharlas, y a compartirlas, y a debatir sobre ellas, porque medios no faltan hoy día. ¿Pudo alguien haber inventado hasta la actualidad un mejor medio de comunicación que internet? hagámoslo nuestro, seamos emprendedores, tengamos nuevas ideas de negocio. Divide y vencerás, eso es lo que han hecho con nosotros hasta ahora, pero ¿no os acordáis de cuando éramos pequeños y hacíamos deporte jugando en equipo? ¿Os imagináis el poder del que dispondríamos si pudiéramos ponernos de acuerdo y decidir un día por ejemplo que no vamos a comprar durante un tiempo determinado una determinada marca? ¿Habrá llegado la hora en la que el individuo en su pluralidad consiga que su voz se alce por encima de todo ese murmullo ininteligible que lo sofoca todo? ¿Ese murmullo que nos lleva a separarnos y divorciar andaluces de catalanes y vascos?. Porque ¿nadie ha querido plantear la alternativa a la burbuja inmobiliaria? Que hubiera sucedido si de repente todos nos hubiéramos dado cuenta de que el coste del producto que estaba saliendo al mercado no era representativo con mucho de su valor y nos estaban tomando el pelo? ¿Qué hubiera sucedido si hubiéramos dejado todos de comprar hasta que bajaran los precios de nuevo?.

Quizá haya llegado la hora en la que se vaya a escuchar verdaderamente su opinión, la de usted, la tuya, la mía. La hora en la que una juventud muy cualificada se de cuenta de sus posibilidades y demuestre que no está dispuesta a someterse a los designios de las castas que históricamente han ostentado el poder, tanto en lo laboral como en lo político. La hora en la que se premie y se escuche la opinión del viejo, porque ha adquirido una experiencia que será de incalculable valor para el que no lo es tanto, pero que esta persona sea igualmente capaz de recordar la época en la que también fue joven. La hora en la que el esfuerzo sea racional y óptimo en la búsqueda de un trabajo de máxima eficiencia, pero al mismo tiempo brutal y desenfrenado, como si en ello nos fuera la vida, sin que nada pueda desanimarnos, porque de ese modo saborearemos mejor los momentos de victoria y nos levantaremos con mayor rapidez ante las derrotas. Me rebelo contra la idea de que vayamos a vivir mejor o peor que nuestros padres, solo puedo afirmar que el futuro sea con más probabilidad diferente al pasado, únicamente por una cuestión estadística y, por último, de lo único que estoy seguro es de que está en nuestras manos, en las de todos y no vamos a desaprovechar la oportunidad, porque el ser humano nunca lo ha hecho, está en nuestra naturaleza.

2 comentarios:

  1. Diego,

    Soy de la generación de tus padres y suscribo plenamente la tercera parte del artículo, y me alegro inmensamente de que haya gente de vuestra generación con criterios semejantes (conozco otros). Y mi esposa hace tiempo que sostiene que nunca había habido gente tan preparada como vosotros y que esto a la larga necesariamente debe traducirse en un país mejor.

    Pero ello no quita que parte importante del retroceso de las clases media deba atribuirse a las políticas ultraliberales que se pueieron en marcha a partir de los gobiernos de Reagan y Tatcher. Y tampoco no elimina el riesgo de que si sigue deteriorándose la economía la gente (aquí y en otra partes) vote un salvapatrias que nos lleve a todos al desastre.

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  2. Con la velocidad a la que va la historia los gobiernos de Reagan y Tatcher pertenecen al pleistoceno superior.
    ¿No tienen ninguna reponsabilidad en el retroceso de las clases medias los posteriores gobiernos de signo laborista?
    ¿No se han dedicado estos gobiernos a muñir a la sufrida clase media con impuestos abusivos ya que por abajo no pueden y por arriba no se atreven?
    ¿Han administrado con cuidado el dinero recaudado o han despilfarrado una buena parte?
    No quiero tener el monopolio de la verdad, sólo son reflexiones que quisiera compartir, con todo el respeto, con los lectores de este blog.

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